El chico estaba sentado en su escritorio. Solo lo iluminaba la tenue luz del flexo y el resplandor de la pantalla del ordenador. No se oía nada, solo el clic clac de las teclas al escribir. Estaba escuchando música futurista. Esa noche estaba inspirado y quería innovar.
Por la tarde había estado escuchando a una chica que tocaba la guitarra. Bueno, más que tocar, parecía que la música fluía por su ser. Ella era un todo con el instrumento. Su cuerpo y la música, sus dedos y las notas… todo formando un uno. Eso le recordó al libro “Zen en el arte del tiro con arco”, donde se contaba como el arquero se fundía con la diana y entonces acertaba en el centro invariablemente.

Qué importante es estar fluido, conectado. Dejar que tus pasiones se escapen de la caja de Pandora y te hagan bailar en armonía con la danza de la existencia. Y de paso que iluminen a los demás. Porque las vibraciones se transmiten.
Todo eso pensaba este chico mientras escribía en su ordenador por la noche. Cuando no hay ruido es más fácil escucharse a uno mismo. Y como estaba conectado con innovar, dejó que las musas le susurraran, y él se limitó a contar lo que le proponían una vez más…
Entonces se le ocurrió una idea, la del gótico errante. Abandonó lo que tenía entre manos, abrió un documento nuevo y comenzó a escribirla:
“Cuentan que, por las calles de Londres, algunas personas se han encontrado a un hombre vestido de gótico. Esto no tendría nada fuera de lo normal tratándose de Londres, pero lo extraño es que siempre pasaba lo mismo cuando se trataba del gótico: después de hablar un rato con quien se lo encontraba, desaparecía sin dejar rastro. Siempre hacía unas cuantas preguntas a su interlocutor, preguntas que le hacían pensar. Y después, la vida de esa persona cambiaba para siempre.

Lucy Adams cuenta que se encontró al gótico en un pub un día que había salido sola. Se sentó en la barra y un hombre que tenía al lado comenzó a hablarla. Era el gótico. Lo extraño es que, aunque al principio ella pensaba que era el típico ligón, en cuanto le hizo un par de comentarios descartó esa idea inmediatamente. No sabía por qué… quizá era su forma de hablar, profunda, calmada, como si hubiera vivido 1.000 vidas o tuviera 5.000 años. Quizá la forma de mirarla que transmitía paz y calma… no sabría decir, pero tenía algo distinto.
Esto fue lo que la dijo:
-Pareces triste.
Ella le miró sin decir nada.
-Veo algo dentro de ti, una llama. Pero… ¿por qué la apagas?
Lucy le observaba atónita, pero seguía sin contestar. Quería hacerlo, pero sin embargo, sentía la garganta atenazada. Era como si esa persona la radiografiara perfectamente por dentro, pero nunca había visto a ese tipo en la vida. Se acordaría seguro.
-Querida… según la filosofía china de los 5 elementos el agua destruye el fuego, pero ¿sabías que la madera lo alimenta? La madera representa los procesos de crecimiento… ¿hay algo que crece dentro de ti que puedas acercar a ese fuego que habita en ti?

Lucy sintió algo dentro de sí. Eran palabras enigmáticas, su parte racional no las comprendía, pero su parte simbólica sí. Y las palabras de ese hombre la estaban impactando como una película de Jodorowsky: dirigidas directamente al inconsciente.
-Pero… no puedo hacerlo – dijo vacilante Lucy – es que…
El gótico la miraba, y ella podía contemplar un cosmos en sus ojos. Y de repente él la interrumpió:
– ¿Sabes? A veces las canciones encierran mensajes para momentos como este. Yo tengo uno para ti: <<Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo vayas a decir>>. Es de un grupo que se llama El último de la fila. Y te diría que dejes <<volar el viento y rugir al Mistral>>. Tu fuego es fuego, no está hecho para el agua, sino para quemar madera.
Lucy miró para abajo, tratando de contener el llanto. Esas palabras la habían tocado en su corazón, aunque seguía sin saber por qué no las comprendía.
Sin embargo, cuando levanto la cabeza para contemplar de nuevo al gótico, éste ya no estaba. Miró hacia el resto del pub pero nada, se había esfumado.
Aún estaba constatando su sorpresa cuando de repente una imagen apareció en su cabeza, era su abuela de pequeña diciéndola: “cómo me gustan tus historias chispita”. Entonces comprendió qué era lo que necesitaba para romper el vacío que la estaba llenando desde hacía un tiempo: escribir relatos. Esa misma noche comenzó a escribir un blog, a compartir su arte con el mundo, y su vida se transformó.
Extraña historia. ¿Fue real? No lo sabemos, pero hay más como esa. Tenemos el caso de Peter Norton, que se encontró al gótico en un barco. En este caso, Peter estaba de crucero y subió desde su camarote para mirar un rato por la borda. Se había desvelado y había dejado a su novia en el camarote durmiendo. Al igual que Lucy, se apoyó en la barra de la borda del barco y el gótico, que estaba a su lado, comenzó a hablarle:

-¿Te has parado a pensar que quién no quiere dormir no quiere soñar? La gente piensa que quien se desvela es porque no tiene sueño, pero en realidad es al revés: está tan lleno de sueños sin realizar que no quiere dormir por miedo a que Morfeo le hable en su lenguaje. Ni siquiera es capaz de soportar que el dios de los sueños se lo diga con sus símbolos.
Peter le miró y al principio sintió miedo. Pero no del extraño personaje que le estaba hablando, ante el cual sentía una inesperada confianza, sino de sus palabras.
-Soñar no es de locos, querido. Mi amigo Calderón lo sabía cuándo dijo que: la vida es sueño. Porque vivir sin soñar no es vivir, sino ser un robot. Y el sueño también quiere vivir, así que si le das pan élfico va a crecer y se va a convertir en realidad.
Peter le miraba fijamente. Ya no sentía tanto miedo, sino un poco de esperanza. Es más, estaba esperando a que el gótico pronunciara su siguiente frase, algo que él no se atrevía a decir, pero que deseaba desde lo más profundo.
-¿Acaso no sientes la llamada? Claro que sí. En el fondo te sientes como los Héroes del Silencio, por eso necesitas apaciguar tu ruido y entrar en la calma para escucharlo: <<he oído que la noche es toda magia, y que un duende te invita a soñar>>. Cuando lo elijas lo verás, y sin duda está naciendo, ya que el maestro aparece cuando el alumno está preparado.
En ese momento dos delfines hicieron algunas piruetas justo al lado de la borda. Cuando miró de nuevo hacia el gótico, éste ya no estaba.
Entonces recordó la película de Australia. Y se dio cuenta de que cuando la vio le emocionó más de lo que en principio le solían mover esas películas. Y en ese momento comprendió por qué: de pequeño soñaba con viajar a la tierra del Uluru y vivir aventuras en ese vasto continente, aunque con el tiempo lo había olvidado. Al día siguiente le dijo a su novia que se iba a ir a vivir a Australia, y la pidió que le acompañase.

Por último, la tercera historia que recuerdo en este momento acerca del gótico es la de Pam Washington. La chica se encontraba en su oficina, el lugar más insospechado que pudiéramos pensar para encontrarse con el gótico. Y sin embargo, allí ocurrió. Pam fue al Office a ponerse un café, y allí estaba el gótico, al lado de la máquina. A ella le extrañó sobremanera encontrase a un personaje así en este lugar, ya que parecía que no pintaba nada. El gótico la miró y la sonrió, invitándola con un gesto a que se sirviera su café. Mientras la máquina lo preparaba, el gótico comenzó a hablar:
-¿Sabías que dicen que lo primero que vio en su mente el Buda al iluminarse fue el símbolo del Eneagrama? Y justo después abrió los ojos, ya convertido en sabio.

Pam se quedó atónita. Venía justo de una reunión de presupuestos bastante jodida, y la escena le parecía surrealista. Sin embargo, la forma de hablar del gótico le estaba produciendo un magnetismo muy poderoso. Era curioso, porque justo la semana pasada había visto un video sobre el libro de Carácter y Neurosis de Claudio Naranjo donde se hablaba del Eneagrama, y le había llamado mucho la atención, pero no sabía por qué.
-Buda se nutrió del conocimiento al transmutar los 3 venenos: el miedo, la falsedad y la pereza de conciencia. Pero la pregunta es: ¿fue la luz la que se acercó hasta Buda o fue Buda quien encendió la luz en su interior? Porque al igual que yo me he acercado a ti querida, si miras en mis ojos verás que tú también puedes acercarte a la verdad.
Entonces Pam sintió un deseo irrefrenable de mirarle fijamente a los ojos. Y una vez allí, dentro de las negras pupilas del gótico, le pareció que se comenzaba a formar una imagen que venía de lejos, como si una niebla se fuera apartando y pronto se iba a aclarar y aparecer la revelación… y entonces apartó la mirada. La llevó hacia su café, nerviosa. Aprovechó para dar un largo sorbo mientras esperaba a que el palpitar de su corazón bajara un poco. Le vino a la mente la carta del Sol del Tarot de Marsella, un arcano poderoso y cálido, pero que si te mira fijamente quizá te podría desintegrar. Cuando se atrevió a levantar la vista de nuevo, el gótico había desaparecido una vez más.

Sin embargo, la imagen que se había comenzado a formar dentro de las pupilas del gótico se había trasladado a su propio corazón. Y ella notaba que debajo de su nerviosismo había paz. Y esa paz estaba contenida en la imagen. Así que decidió que era preciso bucear, abrir las compuertas y permitir a la figura que se manifestara.
Entonces vio un proyecto que deseaba realizar, pero que siempre había negado en si misma porque le parecía demasiado arriesgado: montar una ONG en África. Ese mismo día cuando llegó a casa comenzó a crear las bases de la ONG”
El chico de repente tomo conciencia de sí mismo. Seguía sentado en el ordenador. Miró hacia la pantalla y observó que estaba en la página 4 y el cursor parpadeaba detrás de la palabra FIN. Y en ese momento se sintió satisfecho al pensar en el gótico. ¡Cómo le había gustado crear a ese personaje! Le agradó la posibilidad de revivirle de nuevo en alguna otra historia. Tenía ya sueño, así que apagó el ordenador con la intención de irse a la cama. Pero antes de que la luz se desvaneciera por completo sonrió pensando qué imagen iba a activar el gótico en el corazón de la persona que estuviera leyendo este relato.
Dedicado a John Carney y a Sing Street
